La política exterior de Carlos V, a pesar de tener multitud de frentes, con unas tradiciones de política exterior diferenciadas, estuvo encaminada bajo una idea medieval; la idea de unir a todos los reinos cristianos bajo su mando en la defensa del cristianismo. Esta idea recibe el nombre de universitas christiana.
La puesta en práctica de esta idea al principio sólo trajo enemistad en Europa con la Francia de los Valois, y eso se puede achacar a la rivalidad existente entre el rey de Francia, Francisco I, y Carlos V; pero después, con el estallido de la Reforma de Martín Lutero, las disputas nacieron en el interior del Sacro Imperio, cuya estructura descentralizada, donde cada príncipe tenía el gobierno absoluto de su territorio, le estaba causando grandes problemas. Fue en este contexto donde pudo producirse la predicación de Lutero, que se acogió a la protección del príncipe Federico el Sabio de Wartburg, contra quien Carlos V no podía obligarle a actuar en contra de su voluntad en sus dominios.
Así pues, la política de Carlos V basada en la universitas christiana le trajo como enemigos, aparte del claro, el Imperio Otomano, a los protestantes que estaban cobrando fuerza en el Imperio. Y no hay que olvidar su rivalidad con Francia, que marcó notablemente también su política exterior, especialmente en suelo italiano y por las pretensiones francesas sobre el Ducado de Borgoña
Para llevar a cabo las guerras que ocasionaban estas luchas, en varios frentes distintos, el emperador necesitaba de cuantiosos fondos económicos, que sus dominios, a pesar contar con gran cantidad de ellos, no estaban muy dispuestos a facilitárselos. Solamente Castilla, con sus ingresos propios y los obtenidos en las colonias americanas, sufragaba a menudo los gastos de las guerras. Por eso, Carlos V se vio en la necesidad de recurrir a la banca privada para obtener ingresos.
Este elemento, junto con el de las continuas guerras en muy diversos y numerosos frentes, provocó que la idea de la universitas christiana fracasara a largo plazo, a pesar de conseguir algunos éxitos iniciales, por el desgaste.
A continuación, se mencionan los detalles del frente principal de la política de la universitas christiana, por lo menos el objetivo inicial: la lucha contra el turco.
GUERRA CONTRA EL TURCO
Las luchas contra el imperio turco se desarrollaron en dos frentes: el mar Mediterráneo y la expansión turca terrestre a través de Hungría.
La expansión turca se realizó bajo los reinados de Selim I (1512-1520) y de Solimán el Magnífico (1520-1566), aunque fue este último el que se enfrentó a Carlos V.
Por Hungría, destacó el peligro turco tras la batalla de Mohacs (1526), en la que la artillería turca aniquiló a la caballería húngara, y donde murió el rey húngaro, Luis II, cuñado del emperador. A partir de aquí, los turcos se dirigieron hacia el Imperio, concretamente los territorios de la casa de Austria, donde tuvo que hacerles frente el hermano de Carlos V, Fernando, en su nombre en el cargo de gobernador.
Sin embargo, el gran azote de los turcos a las posesiones de Carlos V fue en el Mediterráneo por los ataques de los piratas berberiscos, vasallos del Imperio turco, y cuyo centro de operaciones se encontraba en Argel, desde donde atacaban ountos de la costa mediterránea, como la Península Ibérica.
El organizador de estos ataques fue Jairr-al-Din, conocido como Barbarroja, quien fue nombrado en 1533 capitán en jefe de la flota turca. Barbarroja atacó enclaves españoles en el norte de África y su victoriamás importante fue la conquista de Túnez en 1534; un punto desde donde los turcos podrían atacar las costas de Nápoles y Sicilia.
Para luchar contra los piratas berberiscos, Carlos V contó con la ayuda de la flota genovesa, comandada por Andrea Doria; sin embargo, los berberiscos contaron, por el contrario, con la ayuda de Francia. La base del éxito de Carlos V radicaba en un ataque sobre Argel, base de los berberiscos. En 1541, Carlos V lanzó un ataque sobre la ciudad que culminó en un estrepitoso fracaso, en el que la flota carolina fue dispersada por una tormenta.
Tras este fracaso, se perdieron paulatinamente varias bases en el norte de África y la hegemonía en el Mediterráneo fue ejercida por los turcos hasta la batalla de Lepanto, pero ya en tiempos de Felipe II
Faltaría citar las fuentes de información que se han utilizado.
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