Con el final de la Edad Media se disolvieron las antiguas relaciones feudales entre señores y vasallos, surgió una nueva economía monetaria y de crédito, y, las monarquías aumentaron enormemente el poder y la autoridad sobre sus súbditos. La nobleza, en lugar demantener la independencia respecto a la corte propia de la Edad Media, se acercaba ahora, más al monarca tratando de influenciar al rey y conseguir el mayor control sobre el gobierno. Pero las diferencias persistieron entre la nobleza y los monarcas y durante los siglos en los que se encierra la llamada Edad Moderna, se caracterizan por la alianza que se forjó entre ambos bandos.
Había una gran variedad de formas institucionales de poder en Europa, desde reyes soberanos consagrados por la Iglesia a cuyas espaldas se situaba una amplia red de vasallaje (la cual disfrutaba de amplios poderes, como en Inglaterra, Aragón y Castilla), hasta otros estados que conservaban el poder de forma electiva (como el Sacro Imperio y Polonia ). En las tierras que más tarde configurarían el estado ruso, imperaba una monarquía que prácticamente carecía de límites concentrando en su poder la autoridad secular y religiosa. Italia, sin embargo, comprendía un conglomerado de estados que se agrupaban en repúblicas bajo el poder del príncipe, frecuentemente descendiente del condottieri (los hombres de la guerra).
Los gobiernos a nivel local, eran prácticamente incapaces y la monarquía hubo de manejarse engarzando una red de relaciones patrón-cliente (nobleza local, corporaciones ciudadanas, tribunales, los capítulos catedralicios o las asambleas de los estados provinciales) que hacían más factible el control en servicio del monarca absoluto. El resultado era un sistema de corretaje con el que se repartía el patronazgo real, con lo que, la corrupción se extendía fácilmente sin que el monarca absoluto pudiera intervenir.
Se considera pues, que se da un “predominio unívoco del monarca frente a la nobleza y las ciudades”, tal y como se ha afirmado en clase. Dicho sistema se reconoce como no estatalista. Aquí el clientelismo es el sustituto de la burocracia y el monarca se ve obligado a negociar necesitando de vasallos pertinentemente sobornados para asegurar su fidelidad y su supervivencia. Este sistema de patronazgo, según H. G. Koenigsberger, favorecía la movilidad social y al mismo tiempo, un "efecto dinámico en el desarrollo del Estado y del poder real” con el que se aseguraba, en relación a la cantidad de recursos del rey, una vinculación, mayor o menor ,de súbditos a su servicio. Es útil mencionar el ejemplo dado en clase; el papel de los secretarios era muy importante puesto que constituían el enlace entre el Consejo de Estado y la propia figura del monarca.
Los Reyes Católicos en España crearon consejos reales con funciones especiales (territoriales y temáticos) que se componían de abogados, administradores profesionales y miembros de la nobleza, pero las decisiones más importantes se reservaban al rey. Progresivamente los tribunales reales se basaron en el derecho romano sobreponiendo el poder del príncipe por encima de la ley, pero en lugares como Reino Unido era el “derecho común” el que actuaba sobre todo el reino, los abogados, en este caso, actuaban en pro de los privilegios de los ingleses mermando las posibilidades de la adopción del rey de una monarquía absolutista.
La ciencia en la Edad Moderna
Con el fin de la Edad Media el mundo deja de ser concebido teocéntricamente y es desplazado por una visión en la que el hombre se tiene a sí mismo como objeto de estudio. Numerosos autores del clasicismo fueron mantenidos; es el caso de Arquímedes, Plinio, Vitruvio o Aristóteles, si bien, también fueron criticados. Nicolás de Cusa, a mediados del siglo XV, refutó la teoría geocéntrica aristotélica (en la que la esfera terrestre se situaba bajo la luna y a su alrededor giraban esferas de un material puro, desde la luna al sol y las estrellas), aduciendo que el universo era infinito y uniforme.
Los pintores del Renacimiento, mediante la observación de la naturaleza, hicieron grandes aportaciones tanto en anatomía como en geometría y perspectiva; desarrollaron las tres dimensiones. El avance del conocimiento científico también ayudó en medicina, en la química de los tintes, en la destilación y, hasta en la geología. En el ámbito de las matemáticas destaca la difusión de obras de autores como Euclides, Luca Pacioli, Johan Müller, Regiomontano, Tartaglia y Jerónimo Cardano. En medicina hay que mencionar al flamenco Andrés Vesalio con cuyo empirismo anatómico trata de desplazar el método tradicionalista de Galeno y la astronomía tiene a figuras tan importantes como Copérnico que supuso una verdadera revolución con su teoría heliocéntrica del universo.
En el ámbito del transporte también hubo innovaciones. Los caminos servían para intercambiar información, se establecieron sistemas de correos rápidos como el de posta, con relevos regulares. De todas formas, sigue siendo un método costoso, lento y limitado en cuanto al volumen de intercambios. Las vías fluviales, como los ríos eran mucho más seguras y económicas, pero se veían obstaculizadas por los molinos, peajes y las travesías de las ciudades. Por otro lado, el mar suponía el medio más cómodo sirviéndose de la navegación de cabotaje o de alta mar con barcos como galeones, carabelas o bajeles que aún seguían siendo algo lentas y soportabam, todavía, escaso tonelaje. Era éste, el transporte más barato y seguro. Los descubrimientos geográficos, además, contribuyeron a la consolidación de una nueva cartografía con el conocido modelo Mercator elaborado por Gerhard Kresser (1512-1545); su proyección cilíndrica supuso un cambio destacable. Se combinaron técnicas antiguas y nuevas, tal y como se mencionaba en clase, siendo objetos como la brújula (de origen chino), los portulanos y otros instrumentos de medición básicos en la Edad Moderna.
Hubo, también, importantes innovaciones en el arte de la guerra, la ingeniería y arquitectura militar, siendo útil ejemplo el de la aparición de las armas de fuego individuales hacia 1450, el perfeccionamiento de los cañones durante los siglos XV y XVI que condujo a “significativas transformaciones en las técnicas metalúrgicas de fundición”, tal y como se señala en el manual de Historia Moderna de A. Floristán; De re metallica de Georg Bauer, contribuyó al avance de la técnica en éste ámbito.
Las bases de la ciencia moderna se recogen en tres autores básicos. Rogerio Bacon, Guillermo de Ockham y Juan Buridán. El primero, Rogerio Bacon, defiende una ciencia independiente de la influencia aristotélica, fundamentada en la razón y la experiencia. Guillermo de Ockham había emprendido una apertura hacia el empirismo, en el siglo XIV, negaba la posibilidad de comprender la revelación utilizando como instrumento a la razón, por la que se podía acceder a una ciencia experimental y Juan de Buridán fue el antecedente de Galileo.
Nuevas instituciones científicas
El ideal que difundía la pedagogía humanista señalaba como aspectos importantes en el hombre una óptima actitud física, ética, estética, intelectual y religiosa. Los Studia humanitatis eran los cinco saberes básicos a saber, la gramática, retórica, poética, historia y filosofía moral. El profesor era el “humanista” o “gramático” que formaba a sus discípulos en el latín y éstos terminarán siendo los secretarios de los príncipes y papas. Se toman como autores ejemplares a Petrarca, Virgilio, Plutarco, Plauto, Terencio, Séneca o tito Livio. La lengua griega se revitaliza, y también se aprenden el arameo o el hebreo detrás de intereses cabalísticos o la interpretación del Antiguo Testamento. Se crearán importantes bibliotecas privadas, como la de Petrarca, las de los príncipes de Ferrara, de los Gonzaga, Urbino y el Vaticano. Los Médicis inauguraron la primera biblioteca pública en Florencia.
La renovación de la enseñanza en la Edad Moderna se hace notar en la fundación de nuevas universidades siendo un factor importante, los conflictos religiosos entre católicos y protestantes del siglo XVI, pues eran verdaderos bastiones ideológicos. Las necesidades políticas de la época precisaban una burocracia jurídica y administrativa bien formada que salía de estas universidades y academias. Surgieron Academias de letras clásicas en Nápoles (Adademia Secretorum Naturae, 1560), Florencia, Roma (Academia dei Licei, 1603), Venecia, Londres (Royal Society, 1662), Sevilla (Academia de Matemáticas, 1582, o la Regia Sociedad de Medicina y demás ciencias, 1700). Ya no sólo habrá este tipo de innovaciones en Italia, sino, en toda Europa. Se dio una notable emigración de humanistas y artistas en Europa que viajaban a las principales universidades en busca de promoción, mecenazgo u otras actividades diplomáticas.
El desarrollo de la imprenta fue también muy importante gracias a la expansión del papel, y con ello se facilitó la accesibilidad a la cultura por toda Europa. La prensa, a partir del siglo XVIII combinará la política con la divulgación de resultados científicos o publicaciones literarias diversas.
Fundamentos filosóficos
En la Edad Moderna se dieron la combinación de las aportaciones de la ciencia y la filosofía y los conocimientos se fundamentaban en la importancia del racionalismo y del pensamiento empirista.
Es preciso señalar la influencia del platonismo que se rescató en el Renacimiento con difusores de dicho pensamiento como Marsilio Ficino, Leonardo Bruni o Pico della Mirandola. A continuación se destacan dos de los autores más importantes cuyas obras marcaron su época y trascendieron en el tiempo:
René Descartes (1596-1650) en su Discurso del método (1637), frustrado al no hallar respuestas a sus múltiples dudas mediante el estudio, resolvió “no buscar otra ciencia que la que pudiera hallar en sí mismo o en el gran libro del mundo”. Era un defensor del método experimental en extremo escéptico, hasta el punto de plantear que el mundo puede ser sólo una ilusión. Sólo podía aceptarse a lo evidentemente verdadero, como el hecho de “yo pienso, luego soy”. Llega a la conclusión de que Dios existe partiendo de su propia duda; es decir la imperfección, lo que le llevó a deducir que tenía el conocimiento de la existencia de algo perfecto y superior: Dios. A su vez, diferenciaba el alma del cuerpo; dualismo entre inteligencia y materia. Las teorías de Descartes fueron rechazadas por la Iglesia, y sus libros fueron incluidos en el Índice de libros prohibidos. Más tarde, en el siglo XVIII, la Iglesia aceptó sus teorías intentando contrarrestar las, aún más revolucionarias, ideas de Newton.
Francis Bacon (1561-1626) abogaba por la necesidad de la observación y la experimentación en base a la interacción de las habilidades prácticas y al teoría científica y desde los métodos científicos que deben usarse para alcanzar la verdad. Según Bacon “los prejuicios y nociones falsas que están ahora en posesión de la inteligencia humana no sólo la llenan de tal modo que obstaculizan la entrada de la verdad, sino que incluso después de que ya esté la verdad en la mente, dichos prejuicios nos vuelven a importunar durante el proceso de instauración de las ciencias”. Defendía el método experimental de forma sistemática cuyo resultado sería la construcción de leyes científicas específicas y a partir de éstos se obtendrían principios más generales.
Bibliografía
KOENIGSBERGER H. G. El mundo moderno 1500-1789. Historia de Europa. Editorial Crítica, 220. Barcelona, 1991.
BENNASAR M. B. (y otros autores). Historia Moderna. Editorial Akal textos. Madrid. Cuarta edición 1998.
FLORISTÁN A. Historia Moderna Universal. Editorial Ariel. Barcelona. Primera edición 2005.
Muy buena entrada. Sobre el concepto "corrupción" que se apunta, cabe decir que hoy en día es un tema de análisis sumamente sugerente: ¿qué es la corrupción en el Antiguo Régimen si lo abordamos desde directrices diferentes a las del "estado-nación", propio de la Edad Contemporánea?
ResponderEliminarAtentamente,