lunes, 16 de noviembre de 2009

TRABAJO. HISTORIOGRAFÍA 1ª PARTE

“DISCIPLINA CHRSTIANA”
APUNTES HISTORIOGRÁFICOS EN TORNO A LA DISCIPLINA Y EL DISCIPLINAMIENTO SOCIAL COMO CATEGORÍAS DE LA HISTORIA RELIGIOSA DE LA ALTA EDAD MODERNA

Federico Palomo

INTRODUCCIÓN

El estudio de la historiografía relacionado con la sociedad y la religión a lo largo de la historia, nos supone tener una fuente de gran valor, para comprender y elaborar una historia distinta a la que se ha escrito a lo largo de los diferentes períodos, a finales de la época Antigua, los historiadores escribían la historia de los pueblos, fijándose en aquellos que tenían en sus manos el poder e influidos en la corriente providencialista ( Dios el responsable de todos los acontecimientos ), cuyo fundador fue Paulo de Orosio (+420), los humanistas se fijaron en el hombre, y en los últimos años han contribuido las obras de tradición sociológica de Max Weber y Norbert Elías, pero este artículo de Federico Palomo nos afirma la gran repercusión que tuvieron los trabajos de Gerhard Oestreich en el estudio de la historia política-religiosa, que desarrolló en los años 1960, éste “trató de caracterizar la época moderna como un período en el que tuvo lugar un proceso de imposición de una disciplina social, que alcanzaría su momento de mayor intensidad en las formas de poder del Estado del siglo XVIII.

El disciplinamiento social se ha relacionado con el ámbito de la historia política, pero en los últimos años se ha puesto de manifiesto una nueva idea, en la que distintas confesiones (religiones) presentes en Europa en el siglo XVI influyeron en el disciplinamiento social (adoctrinamiento), por ello los historiadores alemanes, como Reinhard y Schilling a través del concepto de confesionalización, relacionaban todos los fenómenos religiosos con los políticos, sociales y culturales. Esta idea de confesionalización fue definida a partir de tres elementos:

- Los parecidos que tenían las distintas confesiones tanto para organizarse o los instrumentos o medios para imponerse sobre la sociedad.

- Formación de grupos homogéneos a través de medidas de carácter ideológico, es decir cada grupo difundía su doctrina, que entraba a formar parte de la sociedad.

- El papel fundamental, que tuvieron las diferentes Iglesias en “el proceso de construcción del estado moderno”.


CONOCER PARA GOBERNAR

Es esencial señalar la capacidad del estado eclesiástico para corregir y dirigir los comportamientos sociales. La historia tradicional nos ha mostrado el papel que tuvo el tribunal del Santo Oficio, como ejemplo de ese control, pero también tuvieron influencia otras instituciones o cargos eclesiásticos, es el caso del papel de los prelados: vicario general y el provisor, que surgieron como controladores de la jurisdicción espiritual y temporal. Si cada vez sabemos más sobre la articulación de las estructuras diocesanas, nos es nulo todavía el papel de los tribunales episcopales.

También son palpables las visitas diocesanas realizadas por los obispos, mediante las cuales se elaboraron numerosos registros, dónde se nos muestra las actitudes religiosas morales del clero y la sociedad del Antiguo Régimen, fueron reforzadas tras el Concilio de Trento. No debemos olvidar a los vicarios de las ciudades, arciprestes, párrocos y vicarios parroquiales, algunos de ellos de creación reciente, cuya formación estaba destinada a las competencias y su futuro labor.

Los registros parroquiales han sido tradicionalmente fuentes para el estudio demográfico, pero en su momento fueron elaborados con motivo de un control de los feligreses, además destacamos los libros de sacramentados; es decir cada parroquia sabía perfectamente quién estaba bautizado, si había recibido la confirmación o comunión, o el estado civil: casado. Estas estructuras favorecieron a la jerarquía diocesana una “comunicación” entre el rey o papa y la parroquia, esta característica tuvo mayor arraigo en la Península Italiana, en la que el poder de la Iglesia fue esencial allá dónde el control de la corona no llegaba, este polo de poder, como lo nombra Federico Palomo, podía surgir como elemento de oposición o apoyo, según las iniciativas de los obispos.

La confesión, también se trató de un instrumento de control social, Jean Delumeau nos dice: “la confesión respondía a la necesidad de tranquilizar un sentido de culpabilidad que persistía en las sociedades modernas y que tenía su origen en la misma cultura cristiana que la Iglesia había difundido.” Estas ideas llevaron a formar una conciencia diferenciando el pecado y el delito, llevando a un interés cada vez mayor por los deberes morales y en la creación de nuevas leyes. Estas transformaciones dentro del ámbito de la confesión han sido trabajadas por Adriano Prosperi, no sólo se trataba de conocer los actos externos (Inquisición), sino también los actos internos ( Confesión). Por lo tanto era necesario; “saber para gobernar.”
Javier Ortiz Yusta

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