martes, 3 de noviembre de 2009

MUSEO DE LA REFORMA



GINEBRA INAUGURA SU MUSEO DE LA REFORMA


El pasado 15 de abril abrió sus puertas el museo de la reforma de Ginebra, un proyecto largamente acariciado por la ciudad y las autoridades de la iglesia luterana. Está emplazado en pleno casco antiguo y su exposición permanente propone un recorrido por la historia de la reforma, su influencia en la llamada “Roma protestante” y la obra de Calvino.

En el corazón del casco antiguo de la ciudad suiza de Ginebra, a pocos minutos de la que fuera casa de Calvino y a dos pasos de la catedral de San Pedro, el nuevo Museo de la Reforma tiene como objetivo ayudar a la comprensión y a la divulgación del proceso histórico conocido como Reforma, iniciado en Alemania por Martín Lutero en 1517 y continuado por Juan Calvino en Ginebra a partir de 1536. A través de documentos históricos, exposiciones de cuadros y caricaturas de época, audiciones musicales, nuevas tecnologías y elementos interactivos, propone un recorrido por la historia desde 1536 hasta nuestros días para explicar por qué Ginebra es conocida como la Roma Protestante. Con un coste que supera los cinco millones de francos (algo más de tres millones y medio de euros), el museo no recibe ningún tipo de ayuda pública y se financia exclusivamente gracias a aportes de particulares y benefactores privados. Los visitantes cuentan con una audioguía trilingüe (francés, inglés y alemán, de momento) que les permitirá seguir el recorrido con comodidad.

GUERRAS DE RELIGIÓN
El Museo de la Reforma está estructurado en salas temáticas. Entre ellas cabe destacar la sala de la Biblia, donde se exponen los primeros ejemplares traducidos a lengua vulgar por Lutero, Calvino o el reformador de Zurich, Ulrich Zwingli; así como la primera Biblia en francés, impresa en 1535. En esta sala se encuentra también una imprenta de época que, un día a la semana, muestra cómo era el proceso de impresión en aquel tiempo. En la sala de la Presentación de la Reforma, el visitante puede hacer un seguimiento de la historia a través de audiovisuales. Se llega luego a la Biblioteca, donde se trata el tema de las Guerras de Religión y el posterior desarrollo del calvinismo en Francia: de la persecución de los protestantes franceses hasta la tristemente célebre masacre de la Noche de San Bartolomé, en la que perdió la vida, entre otros miles, el almirante Coligny, jefe de los hugonotes.
En la Sala de Música se escuchan diversos ejemplos de la rica tradición musical protestante, como salmos, corales luteranos y, en particular, piezas para órgano de Bach. Una de las salas más curiosas y sorprendentes del museo es, sin duda, la consagrada al Banquete Teológico. En ella, una larga mesa presenta una serie de platos y cubiertos con la efigie de cada uno de los grandes teóricos del protestantismo: de Lutero a Calvino pasando por Jean-Jacques Rousseau o Guillaume Farel. Se trata de una instalación multimedia que intenta explicar el complejo concepto calvinista de la predeterminación a través de cintas de audio grabadas por actores en las que los participantes en el banquete discuten de teología y fundamentos religiosos.

LA IGLESIA PROTESTANTE CONTRA EL NAZISMO


La visita continúa por salas dedicadas a la pintura del siglo XIX y a la Ginebra de Calvino, hasta llegar, en los sótanos, al siglo XX y la gran labor evangelizadora de los protestantes realizada en particular en África. Se analizan figuras contemporáneas como la del médico, teólogo protestante y organista Albert Schweitzer, ganador del Premio Nobel de la Paz en 1952. Dentro del mismo período se presenta también los principios del ecumenismo y las luchas de la Iglesia Protestante contra el Tercer Reich y el régimen racista sudafricano del Apartheid. Es también digna de mención la sala Jean Paul Barbier-Mueller, que lleva el nombre del propietario de la colección de arte precolombino del Museo Barbier-Mueller de Barcelona. En ella se expone una muestra de libros raros e incunables, piezas únicas, manuscritos y grabados de incalculable valor que el mecenas suizo donó al museo.
Desde los sótanos del museo, a través de un pasaje subterráneo, se accede a otro de los enclaves estelares que completan la visita: las ruinas arqueológicas en los basamentos de la catedral de San Pedro, que incluyen tumbas precristianas y restos de templos y viviendas de la era romana.
El museo está ubicado en la casa de Mallet, una construcción de principios del siglo XVIII completamente renovada y adaptada a las necesidades que exigía su nueva función. Es interesante destacar que, además de visitar un museo, se puede ver in situ cómo era una vivienda burguesa ginebrina.
La directora del Museo de la Reforma, la teóloga francesa Isabelle Graesslé, es la primera mujer que tiene el honor de ocupar el puesto de Calvino en tanto que moderadora (presidenta) de la Compañía de los Pastores, importante institución de la Iglesia Protestante instaurada por Calvino en el siglo XVI.
En palabras del etnógrafo y publicista suizo Bernard Crettaz, la visita al Museo de la Reforma se convertirá muy pronto en “visita obligada para toda persona que quiera comprender la ciudad de Ginebra”.




Rodrigo Carrizo Couto
Artículo sacado de la Revista Clío nº 45 (Julio 2005) pág. 80-81




Comentario realizado por Carolina Sánchez.

No hay comentarios:

Publicar un comentario