viernes, 15 de enero de 2010

TIEMPO DE PACES 1609 – 2009


El 9 de abril de 1609 se firmó en Amberes la Tregua de los Doce Años (1609-1621) entre la Monarquía de Felipe III, los archiduques y la República holandesa que supuso un significativo paréntesis en la Guerra de los Ochenta Años (1568-1648), proceso de separación de las Diecisiete Provincias de los Países Bajos entre las que se mantuvieron leales a la Casa de Austria y las que acabaron articulando su independencia en un régimen confederal y republicano. La muestra analiza este periodo esencial de la historia situándolo en el contexto de una política de paces que marca de manera singular los años 1598-1618 hasta el inicio de la Guerra de los Treinta Años y la posterior reanudación de las hostilidades en los Países Bajos a partir de 1621.

LA REVUELTA DE LOS PAÍSES BAJOS (1559-1597)

De Cateu-Cambrésis a Vervins (1559-1598) Tras la abdicación de Carlos V y la Paz de Cateau-Cambrésis (1559), las Diecisiete Provincias quedan incorporadas a la nueva Monarquía Católica de Felipe II. Las reformas institucionales y fiscales chocan contra los privilegios de un territorio muy fragmentado, y la persecución del protestantismo provoca un movimiento de resistencia que propiciará la revuelta iconoclasta. La severa represión contra los rebeldes genera el discurso de la tiranía que nutre la leyenda negra antiespañola, y la falta de recursos financieros para costear el ejército de Flandes ocasiona motines y el saqueo de Amberes. La alternativa a esta «ocupación extranjera» se concreta en la Pacificación de Gante (1576) y el Edicto Perpetuo (1577); el espíritu de este acuerdo se aprecia en el debate de la solución al conflicto político (lealtad, privilegio, libertades y soberanía) entre las Diecisiete Provincias y el monarca católico. Se articulan dos bandos, las uniones de Arrás y de Utrecht, en los que se van alineando unas provincias católicas al sur y otras bajo liderazgo protestante al norte. Tras la abjuración de Felipe II y el fracaso de un modelo de soberanía electiva, los Estados Generales optan por un régimen republicano. Farnesio emprende la pacificación del territorio combinando el uso de la fuerza y una política de reconciliación que culmina con la recuperación de Amberes en 1585. Este avance se ve frenado por la Gran Armada de 1588 y la intervención en las guerras de religión en Francia.

En la Primera Parte de la exposición observamos al inicio unos grabados del siglo XVII, entre los cuales en uno de ellos está uno de los personajes más importantes de este período: el Duque de Alba.
Uno de los cuadros más impresionantes es la Furia Española en Holanda, Bélgica e Inglaterra por parte de soldados españoles amotinados, se produjo entre el 4 de noviembre y 7 de noviembre de 1576 En él murieron varios miles de ciudadanos y fue el detonante para la sublevación de las provincias de Flandes que aún permanecían leales a la corona española en la Guerra de los Ochenta Años. Otro de ellos es la Alegoría de la Rendición de Amberes es decir el Reconocimiento de Alejandro Farnesio, quién está rodeado de símbolos como el poder, la fidelidad, la razón. En la parte derecha del mismo se encuentra Felipe II en el trono.
Otro significante es El banquete de los soberanos, en el que podemos ver gran parte de la familia de los Austrias: Carlos e Isabel, Felipe y dos de sus mujeres, personas de confianza del rey…El cuadro es un claro ejemplo de demostrar a los demás países el poderío de la monarquía hispánica. También en esta primera sala se observan dos retratos: uno de ellos de Ambrosio de Spínola y el otro de Jacobo I Estuardo.


II. LA PAX HISPANICA EN EL CONTEXTO EUROPEO (1598-1617)


Estrategias de pacificación y recuperación


La paz con Francia era uno de los pilares básicos de la Pax Hispanica, y por ello los tratados de Vervins (1598) y Lyon (1601) se verán confirmados con los dobles matrimonios de 1615. La nueva estrategia de pacificación de los Países Bajos incluye la cesión de la soberanía de las Diecisiete Provincias y el Franco Condado como dote de la infanta Isabel. Los archiduques construirán una nueva relación con sus súbditos, reforzarán el avance de la reforma católica y mantendrán intactos los intereses patrimoniales de la Casa de Austria. Además, el soberano de la nueva Gran Bretaña Jacobo Estuardo, favorece el entendimiento hispano-inglés en la Paz de Londres (1604). Aunque se refuerza el aislamiento de los holandeses, Francia y Gran Bretaña serán garantes de cualquier futuro acuerdo de paz entre ambas partes. En 1609 Hugo Grocio publica su discurso De la libertad de los mares, defendiendo principios esenciales del derecho público internacional basados en la Escuela de Salamanca, que atañen a la libre circulación de bienes y personas, y critican el monopolio ibérico sobre el dominio de los mares y el tráfico internacional. La Toma de Ostende (1604) y las campañas en Frisia (1605-1606) fuerzan la apertura de negociaciones. El ataque frente a Gibraltar contra la escuadra española destinada al control del estrecho obliga a ampliar los límites del alto el fuego a los mares.

En este segunda parte se encuentran una variedad de libros desde comerciales hasta dos comedias de Lope de Vega, claramente se conectan con la hegemonía de los Habsburgo en el continente y esplendor de las Letras Hispánicas.
Un cuadro muy significativo es el llamado Intercambio de las princesas, se trata del acuerdo que mantuvieron España y Francia en una zona del río Bidasoa (País Vasco), realmente se encontraba en una zona intermedia en la frontera (tierra de nadie)y por ello las distintas monarquías decidieron realizar un intercambio de princesas:
- Ana de Austria quién se casaría con Luis XIII.
- Isabel de Borbón con Felipe IV.
En otro cuadro se recogen los personajes de Calvino, el Papa y Lutero, los tres con distintos atributos y símbolos, son acompañados además por un anabaptista y la personificación de la paz.

III. LA TREGUA DE LOS DOCE AÑOS (1609-1621)
Alegoría de la Tregua




El desgaste entre los contendientes favorece un alto el fuego en 1607 y el inicio formal de negociaciones en La Haya. De un posible tratado de paz definitivo se va retrocediendo hasta un acuerdo de mínimos: la Tregua de los Doce Años (1609-1621). Se debate sobre la solución constitucional al conflicto político, el comercio con los territorios de la Monarquía en Europa y en las Indias, la libertad de culto y la tolerancia religiosa, o la navegación en el Escalda. Ningún otro conflicto será tan prolífico en instrumentos de propaganda, repercusión mediática e implicaciones internacionales como la Revuelta de los Países Bajos, su represión, y la construcción de la nueva identidad republicana holandesa.
En 1616 Felipe III es jurado como sucesor natural de los archiduques, que carecían de descendencia directa. El balance entre beneficios y costes de la Pax Hispanica empezaba a pasar factura por el impacto de las mercancías extranjeras sobre las producciones españolas, la expansión colonial en los dominios indianos, el progresivo ascendiente político de los reputacionistas contrarios a las concesiones hechas en los acuerdos con herejes, infieles y rebeldes. La República holandesa también se hallaba dividida entre los partidarios de la paz y los que se beneficiaban del enfrentamiento con la Monarquía española. El conflicto cesará por fin con la Paz de Münster (1648), que reconoce formalmente la independencia holandesa.

En esta última parte nos encontramos en el inicio la Unión Alegórica, a la izquierda de dicho cuadro aparecen la Discordia y la Envidia, Cupido pisa las armas como símbolo del cese de las armas. También otro cuadro significativo de esta exposición es la Alegoría de la Concordia, en la que aparece de rojo la Caridad, de blanco la sinceridad y la Concordia que recoge unas flechas atadas, como símbolo de nuevo del alto fuego.
Fundación Carlos de Amberes
Javier Ortiz Yusta

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