Se abrió paso a las exposiciones con el grupo de La imagen de Carlos V, cuya compañera comenzó con una breve introducción sobre la vida de Carlos V y continuó con cada una de las partes en que está dividido su trabajo.
La primera de ellas trata sobre la historiografía de la imagen la cual evoca grandes hechos históricos y ponía como ejemplo el cuadro de Ticiano de Carlos V montado a caballo representando la batalla de Mülberg, victorioso y engrandeciendo la figura del emperador. En ese entonces Carlos V, aquejado de gota, ya no montaba a caballo y dicha batalla no tuvo un resultado tan óptimo como quiere
mostrarse en dicha obra cuya funcionalidad era de mera propaganda. También se habló del tránsito del medievo a la modernidad y del cambio que se produce en al historiografía de la imagen en el siglo XIX, la figura de Carlos V pasa a ensalzarse viéndose como un rey virtuoso.
La segunda parte se centra en la imagen de Carlos V en Francia e Italia. Tras la victoria de Túnez, se producen sus entradas triunfales y la imagen que proyecta en tal momento es como la de un héroe. El emperador es casi un mito y se le compara con personajes como Julio César, Anibal o Escipión; su imagen aparece ligada al mundo romano. Es visto como un hombre recto y con gran dominio de sí mismo. Es el ideal del caballero cristiano como un príncipe victorioso y sabio dotándole de elementos cristianos y paganos como la frase “Vini, vidi, Deus vinci”.
La última parte se refiere a la imagen del emperador en Francia teniendo como principal rival a Francisco I. Carlos V, sin embargo, accede a casarse con Leonor, hija del rey francés. La imagen que se desprende del emperador aquí es la de un humanista, mecenas de artistas y escritores, envidiado por Francisco I contra quien acaba alzándose finalmente.
El siguiente grupo a exponer fue el de La Contrarreforma en cuyo primer punto se habla
sobre la historiografía, término que se acuñó en el siglo XVIII en Alemania en el seno protestante movimiento que fue allí violento y con gran falta de unidad. El autor Villaoslada niega que la reforma protestante tuviera una unidad efectiva. La contrarreforma fue un impulso para recuperar el orden perdido. La unidad se introdujo bien en el seno católico, en el justo medio o en el seno protestante, dependiendo del autor que lo trate. Hay autores que ven connotaciones políticas y a pesar de que hubo ya consensos renovadores anteriores a Trento, los cambios llegan tarde y se hizo urgente reformar los abusos de la curia romana. El balance del Concilio de Trento fue un intento de responder a los conatos de la reforma protestante. El objetivo de la Iglesia era resolver un debate doctrinal.
El segundo punto trata sobre el origen de la disciplina social que, según la exposición del grupo, surgió en los años 60 y 70 del siglo XX contando la historia desde abajo. Max Weber explica el concepto de disciplina y consenso, pero el primer autor que habla de disciplina social es Oestreich, cuyo nuevo rigor establece la disciplina desde el Estado.
En el punto sobre la cuestión de la renovación católica se analizan las creencias del pueblo. La vida cotidiana está marcada por la religión, los sacramentos marcan las creencias populares teniendo en cuenta la jerarquía de dichos sacramentos siendo la eucaristía y la penitencia los más importantes y administrados por el obispo. Se generalizan las misas privadas, las familias más pudientes construyen altares buscando dar el mayor número de misas posible pues la consagración era una forma de salvación. La predicación, las indulgencias y el mercado de reliquias eran otras de las prácticas abusivas que se hacían entonces.
El siguiente apartado trata de La Reforma desde arriba, punto donde se trató principalmente de
los papas Pío II y Alejandro VI. A continuación se habló del Concilio de Trento dividido en tres etapas en las que se hicieron hasta veinticinco sesiones. En cuanto a las cuestiones a debate se trataba en dichos concilios sobre las sagradas escrituras, el pecado original y los sacramentos. Las consecuencias del Concilio se formaron sobre las siguiente cuestiones; Lutero, las influencias fanáticas, el uso de la Inquisición y el problema religioso popular, la caza de brujas y los esclavos. También se buscó reformar al papado y el poder espiritual, así como del Colegio Cardenalicio. Se quiso reforzar a la propia Iglesia y las influencias en la sociedad de la nueva visión del arte.
Por último, se trató el punto de la diferentes órdenes religiosas que también formaron parte del plan de la reforma eclesiástica, a través de la Biblia y el Nuevo Testamento.
El grupo de La Mujer en la Edad Moderna habló de cuestiones como la dote, la viudedad y el matrimonio, las diferencias sociales y los salarios. La mujer tenía una posición subordinada, en general había un gran desconocimiento de su fisiología pues se pensaba que era un hombre invertido que no había terminado de desarrollarse. Era un mundo creado para los hombres, la mujer siempre estaba subordinada a una autoridad masculina, ya sea del padre, marido o hermano. Ser esposa era cuestión de honorabilidad. Estaba permitido maltratar a la mujer sin ningún tipo de pena para el hombre. Las hijas que ejercían la función de comerciantes podían
vivir del negocio hasta que pasara al de sus hermanos o hijos. La prostitución era el único trabajo donde podía ganar más que el hombre. Se habló también de la bruja y de la mujer mística que se encomienda a Dios a través de la meditación y la plegaria.
A continuación se refirió la cuestión de los estereotipos de la mujer en la Edad Moderna. El 90% de mujeres vivían en el campo y la mayoría de las familias necesitaban ingresos adicionales por lo que vendían los escasos excedentes que producían en los mercados. La misión primordial de la mujer era ser madre.
En el siguiente apartado se trató de la nobleza y la realeza cuyas mujeres se dedicaban a supervisar sus tierras; administraban y gestionaban el gobierno de sus dominios. Las mujeres más pobres aspiraban a casarse con un oficial que les diera acceso a un gremio y asegurar
su futuro. Para casarse tenían que aportar una dote.Se habló de las mujeres con poder en el siglo XVI distinguiendo tres: Catalina de Médicis, Isabel I y María Estuardo. La primera asume la regencia de un país dividido por cuestiones religiosas y con un gran déficit del tesoro, trató de entenderse con católicos y protestantes y fue fiel a los principios de Maquiavelo; “el fin justifica los medios”. Isabel I reinó en su país aunque estuvo condicionada y María Estuardo estuvo casada con grandes dignatarios como Enrique VIII y Felipe II.
La mujer durante la conquista también estuvo presente. En la primera expedición fueron 30 mujeres de 330 tripulantes. Se pasó del 5% hasta el 28,5% de mujeres y la mayor parte estaban casadas. Las más destacadas fueron Inés Suarez o Beatriz Salcedo, pero su figura ha permanecido bastante difusa puesto que la historia ha sido escrita por los hombres y para los hombres.
El grupo de Francia en el siglo XVI comenzó hablando de la nueva historia política que fue una corriente que surge en los años 90. Se mencionaron autores como Max Weber y Foucault según los que la característica principal del estado moderno es la soberanía. También se señaló que la nueva historia política es un concepto de finales del siglo XX.
El punto siguiente trata de la sociedad, la demografía, los recursos y la mentalidad. Aquí se habló de la población que aumentó en el siglo XVI notablemente. Había una natalidad alta y también la mortalidad era elevada por las guerras, las enfermedades y el hambre. Los matrimonios solían tener una media de cinco hijos. Los grupos sociales se dividían entre privilegiados y no privilegiados. Dentro del primer grupo encajan la nobleza y el clero que no pagan impuestos, no trabajan y tienen los cargos más elevados en sus tierras. El grupo no privilegiado estaba compuesto por el sector de la burguesía y el campesinado. El sector agrario es la base económica del campesinado y pocos tenían tierras. Las manufacturas estaban manejadas por pequeñas empresas y las llevaban los gremios. El comercio se realizaba en ferias y mercados.
Y por último, en la cuestión de la monarquía francesa del siglo XVI se habló de Luis XIV cuyo reinado estuvo marcado por las guerras de Italia que hicieron subir los precios y devaluar la moneda, Francisco I tuvo que hacer frente a varias batallas durante su reinado como la batalla de Marignano o la batalla de Pavia. Las ocho guerras de religión fueron durante el reinado de Enrique II.
El último grupo fue el de Religión y Política que habló en primer lugar del disciplinamiento. Las medidas que tomaba la Iglesia para el control de la sociedad fueron la figura del párroco, los libros parroquiales, la confesión, en el ámbito pedagógico las escuelas de catecismo y las misiones. La historia de las ideas es una disciplina que trata de la evolución del desarrollo del pensamiento. El término “estado” ha ido cambiando de significado. Se habló de autores como A. Lovejoy o Foucault y Veyne; estos últimos defienden el carácter múltiples de la verdad. Skinner y Reinhart ven la historia como una construcción social. Jean Bodin explican la idea de soberanía y república, el poder del soberano y el tiranicidio. Distingue entre estado y gobierno y establece tres tipos de monarquías: la tiránica, la señorial y la real. El padre Juan de Mariana defiende que la potestad real debe darse mediante virtudes y el sistema debiera ser hereditario. El tiranicidio sería un vicio de los monarcas y el ciudadano activo debería implicarse en la política del rey.
Erasmo de Rotterdam lucha contra la rectitud y el pensamiento de la Iglesia, su objetivo es llevar el cristianismo a lo más puro. No fue un hereje pues se ceñía a la ortodoxia de la Iglesia. Defendía el pacifismo; sólo se debe recurrir al conflicto cuando los enemigos de la Iglesia actuaran movidos por la lujuria, el orgullo etc. Para entrar en la guerra hay que contar con el consentimiento del pueblo. El Papa debe ser el representante de la paz. Cristo es el modelo a seguir. La figura del príncipe debe dar ejemplo y tener conocimiento sobre filosofía, política religión y ciencias sociales. Erasmo además escribió el Panegírico de Felipe el Hermoso o el Instituto Principis Christiani. No apoyaba el modelo hereditario. Erasmo y Lutero chocan en la concepción del movimiento de la Reforma. Y la figura de Francisco de Quevedo se vio de forma muy general y defendía a la política de Dios y el gobierno de Cristo.
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