La crisis de la sociedad alcanza su cenit con la gran Guerra de los Campesinos en un periodo que abarca desde 1524 hasta 1526. Los territorios implicados fueron Alemania Sudoccidental, Salzburgo, el Tirol, Franconia, Sajonia y Turingia. Este movimiento terminó con una derrota sangrienta.
El empeoramiento de las condiciones de vida como las cargas y sercicios, impuestos, uso de bosque y tierra, derechos de caza y pesca. Los favorecidos eran los propietarios territoriales, los príncipes respectivos y sus administraciones.
Los líderes del movimiento provenían de las capas medias y acomodadas del campesinado. Se impuso, frente a la apelación tradicional al “viejo derecho” el “derecho divino”. Se asumieron también algunos puntos del programa de la Reforma como la elección del párroco por al comunidad o la predicación del Evangelio. El elemento común entre los diversos ejércitos campesinos fue el fermento religioso. El manifiesto común fueron los “doce artículos del campesinado” (1525) aunque la coordinación de este movimiento fue muy escasa.
Hubo éxitos iniciales facilitados por la crisis del poder político central y se alcanzaron acuerdos pacíficos e importantes concesiones por parte de los terratenientes y los príncipes. Aunque también se produjeron ataques y saqueos sangrientos en numerosos monasterios y castillos.
Se avanzaba hacia una reforma política en todo el Imperio, se preparaba la formación de un parlamento central de los campesinos pero se vieron arrollados por la intervención militar de la Liga Suaba que impidió realizar esta serie de reformas. La Liga fue transformándose en una campaña de represión y aniquilación de los campesinos cuya situación empeoró.
Thomas Müntzer se había colocado a partir de 1524, al frente de un movimiento político-escatológico radical que desembocó en el levantamiento general de los campesinos alemanes. Lutero temía por que este movimiento influyera al movimiento de la Reforma viéndose como una amenaza así pues, intentó separar su causa de la de los campesinos rebeldes, así pues, se basó en posicionamientos teológicos desarrollados ya con anterioridad respecto a la obediencia de los súbditos y el carácter reprobable de toda sublevación frente al poder establecido. En 1525 Lutero y sus colaboradores aprobaban sin reservas las intervenciones ordenancistas de un príncipe que podía ser considerado como “obispo de urgencia”.
Cambió su concepción original en la que la renovación de la Iglesia habría de basarse en la propia fuerza de las comunidades cristianas y la sustituyó por un sistema de iglesias territoriales dirigidas desde el poder secular. La jurisdicción de los obispos dejó de ser reconocida, fueron disueltos los monasterios y los príncipes dispusieron de los vienes de la vieja Iglesia.
Felipe no logró resolver las diferencias doctrinales entre Zwinglio y Lutero, mediante la celebración de un coloquio teológico (Coloquio de Marburgo en 1526). La Dieta Imperial de Espira en 1526 optó por una resolución moderada en materia de fe. En cuanto al Edicto de Worms, los estados del Imperio habían de comportarse “como todo el mundo espera y confía responder a Dios y a Su Majestad Imperial”, lo que no implicaba una base jurídica para la formación de iglesias territoriales evangélicas por parte de príncipes o ciudades. Ahora imperaba el derecho de los poderes urbanos y territoriales a optar por una u otra iglesia dejando atrás el principio de libertad individual de conciencia de culto.
Pero en Espira de nuevo, en 1529, se anuló la resolución de compromiso de tres años atrás y se endurecieron las disposiciones del Edicto de Worms. La protesta de cinco príncipes y catorce ciudades del imperio defendiendo la autonomía de cada estado en el deber de dar razón por sí mismos ante Dios. El Elector de Sajonia era el único que formaba parte d elso protestantes, a él se unieron otros príncipes. Se formó,pues, un grupo de estados del Imperio formados con mayor unidad para afrontar el peligro de la proscripción. Se veían forzados a desarrollar una teoría jurídica que uniese su subsistente lealtad al Emperador y al Imperio. A partir de la definición de Imperio como aristocracia estamental se atribuyó a los estados del Imperio el derecho de afirmarse, también frente al emperador por ellos elegido, en aquellos asuntos tocantes a la religión de sus súbditos.
Movimiento anabaptista:
las comunidades anabaptistas se formaron desde 1525 en el Sur de Alemania, de Suiza y Austria, en los Países Bajos y Alemania Noroccidental. La interpretación espiritualista del Evangelio, la salvación al final de los tiempos, la crítica de las iglesias autoritarias recién implantadas por los reformadores, un exaltado radicalismo social y un mantenimiento del principio de decisión individual en materia de fe.
Las instancias políticas procedieron con gran rigor contra el movimiento.
El régimen de terror instaurado más tarde por los anabaptistas de Münster (1534/35) y reprimido por los príncipes católicos y los evangélicos no pueden servir como criterio para juzgar a todo el movimiento. Sus rasgos profundamente religiosos e irenistas remitían a un futuro libre de toda coacción autoritaria en materia de fe.
Elemperador, tras su coronación en Bolonia, había abierto la Dieta en Augsburgo intentçó conseguir una Concordia teolígica, una consolidación política en el Imperio frente al peligro turco y el constante interés en Francia. Tras arduas discusiones teológicas el emperador se vio desplazado de su papel mediador y tuvo que ponerse a la cabeza de la mayoría católica. Los estados católicos, que temían el poder del Emperador, no estaban dispuestos a iniciar una guerra. Ante el peligro turco el Emperador en 1532 tuvo que concertar con los protestantes en Nuremberg una paz religiosa de plazo limitado.
En 1531 se había formado la Liga de Esmalcalda, una alianza político-militar de naturaleza defensiva en la que participaron los príncipes y ciudades evangélicos, a modo de potencial Estado dentro del Estado. Los príncipes encontraron más aliados contra un eventual ataque del Emperador. El 26 de mayo de 1532 de firma un tratado de alianza entre la Liga de Esmalcalda, Francia y Baviera. La Liga protestante se convertía en un punto de convergencia supraconfesional de la oposición contra los Habsburgo en el Imperio y en Europa. Pero esta unión de católicos y protestantes en la oposición de disolvió en los años sucesivos. Baviera de aliaba con Fernando por el tratado de Linz de 1534. La Liga de Esmalcalda se expandió dentro del Imperio, pero las relaciones con Francia, de nuevo en lucha abierta contra los Habsburgo entre 1536 y 1538, se vieron afectadas por el giro antiprotestante en la política interior de Francisco I.
Carlos V emprendió una política de mano dura contra los protestantes, impulsando la formación de una réplica católica de la Liga de Esmalcalda (Liga de Nuremberg desde 1538). por otro lado efectuaba amplias concesiones a los protestantes.
El protestantismo alemán fue fortalecido internamente a través de la concordia de Wittemberg de 1536 en el desarrollo de universidades, cánticos religiosos, la liturgia en lengua vernácula, etc.
Reforma y Contrarreforma. Lutz.
miércoles, 20 de enero de 2010
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