jueves, 15 de octubre de 2009

Introducción a la Edad Moderna

La Edad Moderna corresponde a un periodo de tiempo que fluctúa según la consideración y los hechos escogidos como referencia por los diversos autores y las arbitrariedades de cada país. Es el ejemplo de Francia que encuadra la Edad Moderna entre 1453 y 1789, estableciendo la conquista de Constantinopla por los turcos y la Revolución Francesa como fechas clave de dicha etapa. Otra opción que se coteja es la determinada en España entendiendo el periodo entre 1492, con el descubrimiento de América y 1808, la Guerra de Independencia contra Napoleón como acotación del periodo. Los países anglosajones, en cambio, atienden a una división en dos fases; la Early Modern History (ss. XIII a 1648) y la Modern History (1648 a 1949) extendiéndose la Edad Moderna, según su consideración, hasta nuestros tiempos.

Por otro lado, el concepto de Antiguo Régimen se forjó en la época de la Revolución francesa acuñado como concepto peyorativo. Ya en el siglo XVIII valoraban a la época anterior como un mundo en el que primaban los valores tradicionales, considerados caducos para la nueva era liberal que comenzaba a desarrollarse.

Procediendo a una sucinta presentación de la época que separa a la Edad Antigua de la Edad contemporánea, es preciso subrayar las características básicas que la definen:

El periodo comienza con considerables dificultades económicas asistiendo a un importante descenso demográfico incentivado por las, cada vez más, generalizadas y crueles guerras, y los violentos brotes de peste que mermaron abruptamente a la población.

El paso del feudalismo al nuevo estado moderno comprende un cambio sustancial con la aparición de nuevos sistemas de explotación de la tierra, tanto privados (epiteusis o arrendamientos) como públicos (baldíos). En el siglo XVIII el liberalismo, durante la última etapa de la Edad Moderna, terminará fagocitando a las potentes monarquías absolutistas que coparon los siglos XVI y XVII en Europa, y que tuvieron en la figura de Luis XIV al monarca absolutista referente de la época con el que se asistió a la consolidación de dicho régimen, siendo llamativo el notable aumento del poder del rey. Pero esta forma irá desapareciendo hacia 1680 y 1789 cuando comienza una dicotomía del modelo de poder teniendo en Inglaterra a la nueva Monarquía Parlamentaria frente al modelo despótico de la mayoría de países europeos.

Culturalmente, la Edad Moderna destaca por los movimientos del Renacimiento, el Barroco y la Ilustración en los que la música, el arte y el pensamiento alcanzarán su máxima expresión convirtiéndose en referentes de épocas postreras. El campo de la ciencia será básico con personajes como Bacon, Descartes o Newton que revolucionarán el ámbito científico con una nueva forma de entender el mundo, teniendo una visión más objetiva con las medidas de corte cualitativo que dependían de la percepción del ser humano.

Los enfrentamientos religiosos serán uno de los puntos más trascendentales teniendo, con la división de la cristiandad, un cambio fundamental propiciado por las discrepancias de una serie de pensadores que condenaron las desviaciones de la Iglesia y su oportunismo exacerbado para con los fieles, apologizando por la vuelta a la doctrina primitiva.

La Edad Moderna es también la época del ascenso de la hegemonía española en Europa con Carlos V, favorecida por el colonialismo de América, y tras la Guerra de los Treinta Años el Imperio se desmoronará tornando el equilibrio de poderes de perpetuo.

Como conclusión; esta época supone el comienzo de nuevas formas económicas con un supuesto precapitalismo, contexto en el que se mueven varios tipos de gobierno: la Monarquía Autoritaria, la Monarquía absoluta, el Despotismo Ilustrado y las Monarquías Parlamentarias. También se observan nuevos movimientos culturales con el Renacimiento, el Barroco y la Ilustración en donde la religión dejará de copar la temática de las obras. En el ámbito social se observa la radical diferencia entre estamentos que separan fuertemente al pueblo de las capas más elevadas de la sociedad. Y como colofón, la quiebra de la religión cristiana, crisis extensiva a todos los ámbitos.

2 comentarios:

  1. En la entrada se aprecia una cierta confusión en relación al concepto de Estado Moderno. El Estado Moderno no puede coincidir con la Revolución Industrial, pues el primero es propio de los siglos XVI al XVIII mientras que la segunda se identifica con los finales del Antiguo Régimen.

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  2. Creo que ya está bien corregido. Gracias.

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